jueves, 24 de noviembre de 2016

Capacitación, factor para retener al talento de tu empresa

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La industria de reuniones en nuestro país ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Estos logros se han alcanzado gracias a una labor de profesionalización que se ha implementado entre las agencias encargadas de desarrollar eventos corporativos y la exigencia a sus proveedores de ofrecer productos y servicios certificados nacional e internacionalmente.

Sin embargo, el sector aún debe encarar uno de los máximos obstáculos que frena el desarrollo de cualquier industria que se sustente principalmente en pequeñas y medianas empresas: la rotación de personal.
De acuerdo con diversas consultoras como Mercer, Hay Group y la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), el promedio de rotación empresarial el año pasado fue de alrededor del 12 por ciento, después de haber alcanzado un 17 por ciento en 2014, lo cual es una buena noticia; pero la cifra que se mantiene es el costo promedio de reemplazo de un empleado, que puede ir de 6 a 12 meses de sueldo del trabajador.

La industria de reuniones no está exenta de estos números, e incluso puede llegar a superarlos; no obstante, podemos observar que las empresas han entendido que para crecer en este sector se requiere de una amplia profesionalización de sus operaciones, e incluso que éstas obtengan algún tipo de certificación de nivel internacional.

Además, han identificado la necesidad de mantener una capacitación constante entre sus empleados, no sólo para que brinden un servicio de excelencia a sus clientes, sino también como un motivador para que se fidelicen a la compañía y no terminen yéndose con la competencia por nimiedades.

Actualmente existe una oferta interesantes de talleres, cursos, diplomados e incluso ya carreras enfocadas en el sector, que se imparten a través de organizaciones como IMEX y MPI, a los cuales podemos incluir no sólo a personas claves de nuestras compañías, sino también a personal operativo para que se sienta respaldado por sus empleadores.

En mi experiencia como empresario, también he detectado que el coaching directo, donde se trabaje entre 8 y 10 semanas con un área para trabajar sus fortalezas y sus áreas de oportunidad, puede generar resultados muy positivos.

Algunas empresas siguen creyendo que es un riesgo invertir en la capacitación de un empleado que se irá antes de los tres años, pero considero que es un riesgo que debe correrse, porque de pronto te encuentras que tienes personal con más de 15 años laborando contigo y que sigue igual de comprometido que cuando llegó.

También debemos tomar en cuenta que si bien la capacitación es un elemento trascendental para reducir la rotación, no es el único. Si como empresario te vas a preocupar por invertir en este elemento, también debes ocuparte en fortalecer esta estrategia con el desarrollo de un buen ambiente de trabajo y un plan de carrera para los empleados comprometidos.

Asimismo, debes estar consciente que el sueldo no es el único motivante para conservar al talento, así es que debes incluir bonos, comisiones, seguros, y otras técnicas para que ese personal lo piense no dos, sino cientos de veces antes de decidir que la competencia ofrece mejores alternativas para su desarrollo profesional y personal.

martes, 22 de noviembre de 2016

Cómo hacer que tu empresa sobreviva a los cambios

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La palabra resiliencia, no muy común hasta hace pocos años, ha demostrado tener una mayor visibilidad y relevancia en nuestras vidas; de hecho, hoy es considerada como una característica a desarrollar en nuestros hijos para evitar o protegerse del bullying.

La facilidad de adaptarse es algo que siempre ha sido considerado vital con el fin de subsistir. Si nos ubicamos en el ámbito empresarial, ¿qué  significa ser resiliente y a qué se refiere el concepto de Resiliencia Organizacional?
De acuerdo al British Standard Institution (BSI), organización creadora de estándares para el Reino Unido, menos de una quinta parte de los miembros originales que aparecen en el índice británico FTSE100 permanecen en él; continuando a este ritmo, 75% del índice estadounidense S&P 500 habrá sido reemplazado para el 2027. Hoy, el tiempo de permanencia de una empresa en el S&P 500 es de quince años, contra 25 años de permanencia en los años 70’s y 80’s.

Factores económicos, sociales, políticos, globales, entre otros, ponen a prueba la longevidad de las organizaciones; cada día nos enteramos de problemáticas y crisis que surgen y enfrentan instituciones de todo el mundo. El ensayo y error no debe ser utilizado para probar un nuevo modelo de negocio o impulsar un producto o servicio, esto puede causar consecuencias desastrosas para una organización no solo en lo económico, sino en uno de los temas que tienen a los ejecutivos despiertos por las noches: proteger su marca e imagen.
A eso se refiere la Resiliencia Organizacional: la manera de operar que deben tener las organizacionales de cualquier tamaño, para permanecer en el tiempo y prosperar. Esto, por supuesto, significa, el enfrentar condiciones cada vez más inestables, inciertas, complejas y ambiguas para las empresas.

No pasa un día en que no tengamos noticias sobre escándalos, brechas de seguridad o disrupción en los negocios, ya sea por utilizar nuevas formas y tecnologías en negocios, o a malas prácticas del personal desconocidas por los directivos. Cualquiera de estos eventos puede dañar nuestra reputación como organización de la noche a la mañana, la cual seguramente tomó décadas en ser creada. Sin embargo, la pérdida de posiciones en el mercado no es siempre permanente. En este mundo, el éxito lo definen aquellos que aprenden de las experiencias y aceptan y adoptan el cambio para regresar más fuertes y con mayor conocimiento.

Hoy se trata de adquirir hábitos de excelencia y mejora continua para convertirse en una organización que sea adaptable, ágil al detectar y reaccionar a imprevistos de manera inteligente; que exista una constante renovación y gestión del conocimiento que se vaya adquiriendo, así como una estructura robusta a lo largo de todos los aspectos que la componen para perdurar y seguir prosperando.
El convertirse en una empresa resiliente va más allá de un proyecto en el cual se invierta, es un cambio en la manera de ser, aprender y actuar que involucra a todo elemento de la organización, es una característica que con el tiempo debe ser parte del ADN de la empresa; en otras palabras, es una transformación en la esencia de la organización que le permitirá en toda acción que haga tener en cuenta la supervivencia y la prosperidad de la misma.

3 claves para transformar a tu empresa

Para empezar a transformarse en una empresa resiliente, deben tomarse en cuenta una gran cantidad de factores, sin embargo, podemos empezar con tres elementos fundamentales:
1. Productos y Servicios innovadores que se estén creando y actualizando constantemente para responder a las necesidades de los mercados, y permitan ser la punta de lanza que asegure estar siempre a un paso de los competidores.
2. Procesos altamente confiables, no solo con el fin de lograr las eficiencias que garanticen a las organizaciones seguir operando, si no también, para garantizar la satisfacción de clientes actuales y futuros.
3. El comportamiento correcto de los integrantes de la organización. Las empresas destinadas a perdurar en el tiempo, demuestran un gran entendimiento de cómo alinear las expectativas y comportamientos tanto de sus empleados como la de sus clientes.

3 enfoques resilientes

Ahora, al tomar un enfoque que considere a toda la organización, incluyendo estas funciones, podríamos hablar de tres sectores que abarcan toda la organización:
a) La resiliencia operacional, la cual implica tener un gran entendimiento de cómo opera la organización, así como del ambiente en donde lo hace, con la capacidad de ir obteniendo información relevante, generar análisis de la misma y aprender de ella, con el fin de identificar factores y oportunidades que le aseguren su operatividad y, más aún, buscar las situaciones adecuadas para prosperar.

b)  La resiliencia de la información. No solo debe pensarse en niveles de disponibilidad, protección, planes de continuidad y de recuperación de desastres. Este concepto abarca mucho más, es una manera diferente de tratar la información que implica tener la capacidad de generar conocimiento de la misma que nos permita hablar de una inteligencia organizacional.

c)  La resiliencia de la cadena de suministro. No importa que tan robusta y segura sea una organización; si no entiende a su cadena de suministro, tiene un alto riesgo de poner en serios aprietos la operación, pero sobretodo su reputación.
Para conocer qué tan conscientes están los ejecutivos de diversas partes del mundo sobre la Resiliencia Organizacional, BSI comisionó a la Unidad de Inteligencia de “The Economist”. Dicha investigación se basó en información obtenida en entrevistas a 411 ejecutivos, de los cuales el 61% son líderes de departamentos, vicepresidentes Sr, o CEO´s. Dentro de las empresas entrevistadas, el 20% cuenta con más de 100 años de edad y 16% de los entrevistados laboran en organizaciones con menos de 10 años de existencia.

Los datos más significativos nos dicen que el 85% de los entrevistados ven como la prioridad más importante del negocio la resiliencia organizacional; el 80% piensa que es crítica para su crecimiento a largo plazo y el 61% la ve como una ventaja competitiva. Sin embargo, sólo el 29% indica tener actualmente prácticas resilientes en su organización y el 44% indica que espera lograr tener prácticas resilientes integradas en los próximos tres años.

Toda organización nace con el fin de ser exitosa, lo que conlleva, el subsistir por muchas generaciones no importando los retos que seguramente surgirán, y sobre todo, el reinventarse constantemente para seguir prosperando, con más clientes contentos, así como empleados orgullosos de pertenecer a la institución.
Es un hecho que muchos líderes a nivel mundial tienen clara la importancia de la resiliencia, aunque también es claro que todos están iniciando este camino de transformación.

viernes, 18 de noviembre de 2016

10 enemigos internos de las empresas en tiempos de crisis...

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Las situaciones de crisis pueden provenir de cualquier parte, desde una situación financiera originada por cambios en el entorno económico que obliga a tomar medidas en cuanto al tamaño del negocio, hasta un accidente generado en alguna parte de la cadena de producción. Aunque no todos los escenarios pueden ser previstos, la estadística del Instituto de Manejo de Crisis de los Estados Unidos muestra que el 65% de las situaciones de crisis empresariales provienen de riesgos latentes, de los cuales el 51% son consecuencia de decisiones gerenciales y un 30% a la actuación de los empleados. Sólo el 35% restante provienen de situaciones realmente inesperadas o sorpresivas.
Una crisis, en sí misma, supone un evento (o serie de ellos) que pone en riesgo la continuidad operativa, tiene el potencial de causar daños a terceros y/o somete la reputación de una organización a presiones extraordinarias debido al manejo público de lo que acontece, abarcando con ello la atención de diversos grupos de interés quienes exigirán respuestas rápidas y oportunas en cuanto a la situación y su manejo.
Quizás lo más complejo sea combatir a los grandes enemigos que existen en nosotros mismos como organizaciones y que muchas veces impiden que actuemos consistentemente durante una crisis.

1. La falta de preparación

Tal vez el primer gran enemigo sea la falta de preparación, es decir, la imposibilidad de llevar a cabo un proceso estructurado de preparación, que permita a la organización disponer de procedimientos especificados, criterios y sistemas que le permitan actuar de forma apropiada tan pronto la situación surge. Es así como las medidas que encontramos, incluso en grandes organizaciones, son menores a los posibles escenarios de riesgo, precisamente como consecuencia de su tamaño.

2. Contraerse no soluciona el problema

La tendencia natural del ser humano ante un ataque físico es contraer su musculatura, con el fin de soportar el impacto de aquello que físicamente le agrede. Algo similar pasa en las organizaciones, ellas tienden a contraerse ante el anuncio de la aparición de la crisis, cortando así toda comunicación con el interior y el exterior, cerrándose herméticamente, mientras invierten valioso tiempo en atender el desorden que les ataca, en ponerse de acuerdo en cómo proceder, sólo logrando que el vacío provocado por la desinformación sea aprovechado por terceros para nutrir a un público, ávido de información de lo que, en menor o mayor medida, es “noticia” para ellos.
Generalmente, esta contracción evita aprovechar el “periodo ventana” de unas pocas horas en la que la organización tiene un margen de maniobra, ahora determinada por la velocidad de las redes sociales, para fijar postura sobre los acontecimientos, y con ello lograr posicionarse como la fuente de información veraz y oportuna sobre lo que está ocurriendo.

3. La minimización

Está relacionada con esa tendencia humana a restar importancia a lo que ocurre o puede ocurrir. Este gran enemigo impide que mucha de la información, bien sea proveniente de fuentes internas o externas, resuene en los oídos de la gerencia y puedan derivarse decisiones oportunas que contribuyan a resolver situaciones contingentes.
Al minimizar los problemas cotidianos podría minimizarse la capacidad de advertir la activación de riesgos emergentes y con ello la incapacidad de ver hacia el futuro. Esto termina generando un efecto de “bola de nieve”, obligando a reaccionar sólo cuando el problema es ya tan grande que se ha salido del control y requerimos de soporte externo para manejarlo.

4. El enfoque unilateral

Este enfoque ejemplifica la tendencia recurrente en las organizaciones a llevar adelante mecanismos de atención basados estrictamente en un solo enfoque (el de Operaciones o Legal), desestimando así las implicaciones que tiene una situación desde otros puntos de vista, como el comunicacional, del cual dependen las percepciones que construirán las diferentes audiencias sobre la actuación para la resolución de la situación. Toda decisión y toda acción comunican mensajes intrínsecos, por ello es fundamental que cada una de ellas sea evaluada desde la perspectiva del “que comunica”.

5. La subestimación

Toda crisis genera impactos. En ocasiones éstos logran estar circunscritos a la propia operación; no obstante, son muchas las veces en las que éstas afectarán en menor o mayor grado a terceras personas. En tales ocasiones un enemigo relevante es la tendencia gerencial a “subestimar” el poder de estos grupos, lujo que hoy, en tiempos de redes sociales es impensable. Sin embargo, es altamente frecuente, considerar que su dimensión podrá protegerlas de grupos en tamaño y poder relativamente más pequeñas, pero que en términos absolutos y si están bien organizados, sus acciones pueden ser devastadoras.

6. Los gerentes no siempre pueden manejar la presión

Este enemigo proviene de la falsa creencia de que los gerentes por ser gerentes, tienen las capacidades para manejarse ante la presión de la crisis, ante las cámaras de televisión para dar una declaración o ante los miembros de un cuerpo legislativo en el marco de una interpelación; situaciones para los que su rol gerencial no los ha preparado en el marco del “business as usual”.
Es vital contar no sólo con la estructura funcional de los equipos de “respuesta rápida”, sino, dentro de ellos, con los individuos cuyas capacidades y habilidades hayan sido desarrolladas en el tiempo para enfrentar tales situaciones.

7. La desalineación e incomunicación

La desalineación surge como resultado de la falta de coordinación en las actuaciones, particularmente entre los voceros oficiales y no oficiales de una organización en crisis, lo que termina por destruir mucho del esfuerzo previo en la definición de la estrategia. La inconsistencia comunicacional genera una menor percepción de control y con ello menor confianza en la capacidad de resolución de la situación; ello supone la necesidad de comenzar “aguas adentro”, proveyendo de mensajes y comunicación fluida al interior de la organización, dotando a los voceros no oficiales (el 100% de nuestros empleados y colaboradores) de un mínimo de recursos con los cuales puedan manejar su interacción diaria con sus propias audiencias y círculos de influencia.

8. La desmoralización

Es natural que, ante una situación de crisis, los líderes, gerentes y colaboradores sientan incertidumbre, ansiedad y angustia, que conlleva a un estado de ánimo negativo y que atenta contra la propia resolución de la crisis. La productividad disminuye, el entusiasmo merma y con ello, desaparece la “estámina corporativa” necesaria para atender situaciones que requerirán el sobresfuerzo de muchas personas. Por ello, la comunicación abierta, el reconocimiento oportuno, el agradecimiento y el sentido de liderazgo, contribuirán a mantener la moral en alto a pesar de la peor circunstancia.

9. La desvalorización

Es imperativo combatir la desvalorización de la organización, cuyo sustento es la confianza que el mercado, las audiencias y grupos de interés tienen en ella. La percepción de valor dependerá de la estrategia y actuación comunicacional para recuperarse en el menor tiempo posible, no sólo alcanzando los niveles del pasado inmediato, sino incluso superándolos. El valor percibido es el activo más importante a salvaguardar, lo cual supone hacer entender a todas las audiencias clave el valor que la organización agrega al mercado, a los colaboradores y a la sociedad como un todo; sólo así es posible lograr adeptos a la misión de rescate, que únicamente ocurrirá si esa percepción de valor existía en un inicio y previo a la crisis.

10. Usted

El décimo enemigo…  probablemente sea usted, si después de leer este artículo no decide asumir un rol activo en promover una mejor preparación para enfrentar lo que inexorablemente el destino tiene preparado para su organización.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Cómo desarrollar visión holística en tu equipo de trabajo

Cómo desarrollar visión holística en tu equipo de trabajo

Dos cabezas piensan mejor que una, y si cada una de ellas posee habilidades y conocimientos distintos enfocados a un objetivo común, obtienen resultados sobresalientes; a esto se le conoce como diversidad interdisciplinaria, la cual ha adquirido popularidad en el sector empresarial gracias a los beneficios que brinda, los cuales se traducen en crecimiento del negocio.

Esta práctica, que tiene su origen en Suecia, surge con el fin de enriquecer la construcción de proyectos a través del conocimiento técnico que poseen los colaboradores. Es decir, se busca que todas las áreas aporten una perspectiva y opinión diferente frente a una problemática, propuesta o nueva idea.

Este modelo llegó a Perú hace cinco años y suele recibir diferentes nombres, el más común es “grupo de alto desempeño o rendimiento”. Actualmente, las áreas que lo utilizan con el fin de llegar a las metas de forma más eficiente son Comercial, Marketing, Finanzas, e Investigación y Desarrollo; la determinación de los líderes del equipo se realiza en función de los objetivos a alcanzar.

Para formar parte de esta propuesta interdisciplinaria se requiere más que disposición, pues es necesario que los colaboradores tengan ciertas habilidades, como trabajar en conjunto, escuchar y aceptar el punto de vista del otro, ser tolerante a la frustración, y comunicarse de manera asertiva. También es indispensable estar enfocado a resultados, poseer capacidad crítica de análisis e interés por la investigación.

Beneficios para la empresa y el colaborador

La conformación de equipos de alto rendimiento trae consigo una serie de ventajas competitivas para las empresas. Al existir un grupo enriquecido por la diversidad de habilidades y aptitudes, existe también una visión más crítica que permite predecir o prevenir los riesgos o variables a considerar cuando un programa pasa a la etapa de ejecución. Esto se resume en mayor rentabilidad para la compañía.
Fortalecer la comunicación existente es otro de los beneficios de esta práctica. Al tener metas en común se propicia una convivencia donde las responsabilidades son compartidas; cada persona tiene claros sus objetivos para alcanzar el éxito y garantizar resultados de manera individual y colectiva. Es labor del responsable propiciar la cohesión e integración de los participantes, con la finalidad de fomentar el compromiso, de tal manera que todos los departamentos asuman las tareas que les corresponden.
Al ser partícipe de estas iniciativas, el talento se beneficia al desarrollar una visión holística, pues conoce la perspectiva de diferentes áreas, permitiéndole enriquecer las competencias y habilidades propias; incrementa también el sentido de logro y pertenencia, ya que al formar parte del éxito de un proyecto se fortalecen los lazos hacia la empresa, favoreciendo la productividad. 

Rompiendo con el individualismo

Actualmente, más organizaciones han tomado conciencia de la importancia de promover buenas prácticas que fomenten el crecimiento de su capital humano, pues tienen claro que “para llegar rápido se camina solo, pero para llegar lejos se va acompañado”. Es por ello que, desde mi perspectiva como consultora, comparto las siguientes recomendaciones para impulsar la adopción del modelo de equipos de alto desempeño al interior de las empresas:

1. Lograr procesos adecuados de selección y desarrollo, a fin de identificar quiénes son las personas que tienen las competencias necesarias para ser parte de la agrupación.
2. Cuidar y hacer crecer el semillero. Una vez identificados los integrantes adecuados, es importante mantenerlos motivados y fomentar su desenvolvimiento, a través de programas constantes de capacitación.
3. Establecer la función de cada miembro. El rol de quienes conforman el grupo debe estar bien definido en cuanto a sus aportaciones y contribución. Es indispensable fijar métricas de seguimiento y productividad, tanto individuales como colectivas, procurando no caer en el excesivo control hacia el colaborador.
4. Vigilar que la comunicación sea clara, fluida y precisa. Resulta esencial que la comunicación existente en todos los niveles sea asertiva y además genere confianza. A la par, es importante garantizar que los canales empleados sean los adecuados y agilicen el flujo de los mensajes.
5. Recompensar los logros. Se pueden valorar los esfuerzos y reconocer el cumplimiento de metas de colaboración empresarial a través de un sistema de compensaciones, bonos o premios.

Una vez explicadas las bondades de esta iniciativa, me resta solo invitar a los líderes empresariales para que se sumen sin miedo a estas tendencias y comprueben que son una buena alternativa para empezar a generar diferenciales en un mercado altamente competitivo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Qué hacer para que los buenos empleados no se vayan

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El 31% de los empleados se encuentran comprometidos con la organización a comparación del 2010 en donde cerca del 43% estaban comprometido con la empresa para la que trabajaban.  Un tema que está ocupando a las empresas que constantemente están buscando ganar la fidelidad de sus empleados.

Y la gran duda de los empleadores es ¿qué motiva al talento? Una Encuesta Global de Empleo de Kelly Services revela que el 52% de los empleados renunciarían a una paga más alta y/o crecimiento por aprender nuevos conocimientos o habilidades.

El 43% del talento también está en busca de llegar a un mejor nivel jerárquico en la empresa. Los intereses de los colaboradores para mantenerse en una empresa son los siguientes:
Las empresas deben crear planes de carrera dentro de  las organizaciones para impulsar no solo la promoción del personal a nuevos puestos de trabajo, sino la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos.  Solo el 37% de los trabajadores considera que tiene oportunidades de crecimiento en su empleo actual.

El talento que trabaja actualmente en las empresas están moviéndose de empleo con mayor frencuencia también debido a que el 70% tiene la seguridad de contar con las habilidades, conocimientos y experiencia para asegurar un puesto similar o un puesto mejor en otra organización.

Adquisición de conocimiento
Baby Boomers 5 de cada 10 encuestados
Generación X 5.1 de cada 10 encuestados
Millennials 6.3 de cada 10 encuestados
Le interesa llegar a un nivel jerárquico más alto
Baby Boomers 4.9 de cada 10 encuestados.
Generación X 5 de cada 10 encuestados.
Millennials 3.7 de cada 10 encuestados.
<7center>

<7center>De acuerdo con el estudio, los candidatos eligen a las empresas por seis factores
<7center> 1. Sueldo y beneficios, son los elementos más importantes para tomar la decisión (9 de cada 10 encuestados).
<7center> 2. Oportunidades de crecimiento (7.3 de cada 10)
<7center> 3. Balance de trabajo y vida (6.7 de cada 10)
<7center> 5. Programa de desarrollo (6.7 de cada 10)
<7center> 6. Oportunidades globales (4.7 de cada 10 encuestados)
<7center> El 63% del talento prefiere trabajar en una empresa global/internacional.

<7center> <7center> La encuesta realizada a más de 230, 000 personas de 31 países, incluido Perú, y contestado por tres generaciones: Baby Boomers, Generación X y Millennials, revela que el 80% de los candidatos aplican mediante una plataforma digital o CV electrónico.
<7center>
<7center>

jueves, 3 de noviembre de 2016

Desarrollo y actualización profesional en la era digital

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Frecuentemente escuchamos que el mundo cambia constantemente y que debemos adaptarnos rápidamente a ello. Más aún, que es fundamental anticiparnos a esos cambios y tendencias si deseamos ser competitivos como individuos y como organizaciones.

La realidad es que dichos cambios se están acelerando en forma importante y lo estamos viviendo en mayor proporción a través de aspectos como el 'internet de las cosas'; el manejo de grandes cantidades de datos (Big Data, Analytics); el surgimiento y transformación de organizaciones digitales; mayor volatilidad e incertidumbre económica, política y social en diversas regiones del mundo; nuevas tendencias y comportamientos en generaciones como la de los 'millenials'; entre otros muchos aspectos que se mencionarán en la segunda edición de Bett Latín América Leadership Summit y que orientarán a los asistentes a ampliar su visión sobre las últimas tendencias, desafíos y avances en la tecnología en educación en todo el mundo, con un enfoque particular en América Latina.

Todo esto nos presenta un nuevo contexto en el que la actualización profesional pasa de ser un 'valor agregado' a convertirse en un requisito. Es decir, lo aprendido hace dos, tres, cinco o diez años es en muchas ocasiones obsoleto y ahora debemos desarrollar nuevos conocimientos y habilidades que nos permitan afrontar los retos actuales de nuestro contexto. Y por si fuera poco, debemos además aprenderlo bajo nuevos entornos y formatos acordes a la realidad que afrontan nuestras organizaciones.

Esta situación ha generado un cambio medular en la actualización profesional, pues anteriormente se pensaba en esta actividad como un evento aislado, específico y planeado. Es decir, tomar un diplomado, seminario, certificación o posgrado era un evento especial y 'planeado'. Ahora, ya no es así. Para ser competitivos, los ejecutivos y profesionistas deben actualizarse en forma continua. Desde cursos masivos, abiertos y en línea (MOOCs, por sus siglas en ingles), hasta 'micro credenciales' (microcredentials), programas cortos con insignias digitales (digital badges), 'coaching' y 'mentoring' personalizado, recursos cortos de aprendizaje disponibles en el mundo digital (videos, lecturas, conferencias cortas), simuladores, herramientas de aprendizaje bajo 'gamificacion', la creación de rutas de aprendizaje personalizadas, entre otras cosas. Los profesionistas y ejecutivos de hoy deben aprovechar todo aquello que sea necesario para conocer el 'estado del arte' en su segmento industrial y área funcional, para generar valor de manera rápida y oportuna para ellos mismos y para su organización. 

Este nuevo contexto presenta retos importantes no solo para los ejecutivos y profesionistas, sino también para las instituciones educativas y expertos académicos con los que colaboran. Sobra mencionar que los modelos tradicionales serán obsoletos si no se enriquecen en el corto plazo ante el surgimiento de nuevas tecnologías, el menor tiempo disponible para actualizarse y una mayor necesidad de especialización. Todo esto demanda que la universidad y el profesor (experto) evolucionen de ser solamente un diseñador e instructor, a convertirse -entre otras cosas- en un 'curador' de contenidos digitales (content curator) y guía del aprendizaje y actualización a lo largo de toda la vida profesional. Es decir, el mundo digital presenta en la actualidad grandes cantidades de contenidos valiosos que el experto debe identificar, 'curar' y recomendar como recursos de aprendizaje para cada individuo, generando rutas y experiencias de aprendizaje personalizadas que impacten en forma importante en él y en su organización.

Más allá de sentarse en un aula a escuchar una cátedra o tomar un curso en línea, el aprendizaje debe trascender esos espacios al generar entornos presenciales y digitales que proporcionen conocimiento relevante para su desarrollo y el de su organización. Y como dato adicional, esta nueva forma de aprender debe darse además mediante experiencias de aprendizaje únicas, diferenciadas y memorables que impacten en forma trascendental en su vida.

martes, 1 de noviembre de 2016

Evita que tus empleados vivan en la oficina

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Escuchamos en todas partes lo importante que es encontrar un balance entre nuestra vida privada y profesional. Sin embargo, en México el trabajo en exceso está sobrevalorado: se tiene la percepción generalizada de que las personas que se quedan horas extra en la oficina son más trabajadoras y están más comprometidas con su empresa.
¿Cuántos empleados se quedan tarde con tal de quedar bien con sus jefes? ¿Cuántos jefes tienen la mala costumbre de pedir cosas a último minuto –aunque éstas  puedan esperar al día siguiente–? ¿Cuántos jefes consideran que irse tarde muestra “solidaridad” con ellos y el resto del equipo?

Trabajar más no es trabajar mejor

Permanecer más horas en la oficina no significa ser más productivo. Una investigación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y publicada en The Economist reveló que, cuanto más trabajan las personas, más disminuye su productividad. Esto se ve claramente reflejado en los países con las economías más desarrolladas, como Alemania y Holanda, en donde las jornadas laborales son más cortas.
A decir verdad, salir tarde de la oficina genera muchas más desventajas que ventajas: quizá se logre terminar los pendientes del día, pero los empleados se sienten frustrados, cansados y desmotivados… y esto repercute notablemente en la calidad de su trabajo.
Diversas iniciativas promueven el hecho de que los empleados cumplan sus horarios laborales. Una de ellas, la que ha tenido mayor eco, es Go Home on Time Day (Día para irse a casa a tiempo); nació en 2000 en el Reino Unido, y desde entonces se celebra cada 24 de septiembre en países como Reino Unido, Australia o Canadá.

Cómo promover que tus empleados se vayan a tiempo

Ya tienes bien claro que salir a tiempo de la oficina no es un lujo, sino un derecho, y que tus empleados trabajen horas de más no es beneficioso ni para ti ni para tu empresa. ¿Cómo asegurar que todos terminen su trabajo en tiempo y forma?
Claro que esto dependerá en gran medida de tus empleados, de su capacidad para organizarse y evitar las distracciones. Sin embargo, tú puedes hacer mucho por apoyar este punto.

Aprende a administrar tu tiempo
Como líder de un negocio, tienes la gran responsabilidad de poner el ejemplo. Sé organizado con tus tareas y evita distraerte; haz tu máximo esfuerzo por terminar de trabajar a la hora establecida. Recuerda que de tu aprobación depende el trabajo de los demás; si no eres administrado, lo más probable es que retrases el trabajo de todos.
Establece un enfoque en resultados
Deja claro a tus empleados que lo importante es entregar resultados óptimos, y no demostrar que les encanta estar en la oficina. Incluso, si terminan una tarea o proyecto antes de que se termine su horario de trabajo, concédeles el gusto de irse a casa. Asimismo, asegúrate de que los procesos para alcanzar las metas sean claros y estén libres de pasos burocráticos que sólo quitan tiempo.
Escúchalos
Realiza entre tus trabajadores un sondeo para conocer las causas principales por las que se quedan tarde en la oficina. Eso te permitirá, a ti o a tu equipo de Recursos Humanos, atacar el problema de raíz.
Ofrece asesoría
Considera que se impartan talleres de administración del tiempo entre tus empleados. Será una excelente inversión para incrementar su productividad y fomentar un horario de trabajo saludable.
Sé congruente
No premies ni elogies a los empleados que se quedan más tiempo a trabajar. Hacerlo es equivalente a decir que eso es lo que realmente valoras de un trabajador.
Fomenta el tiempo en familia
Ofrece a tus empleados beneficios corporativos para disfrutar en familia: entradas a parques de diversiones, descuentos en restaurantes y hoteles, etc.
Reduce el número de juntas
Las juntas retrasan las tareas diarias, y son en muchos casos prescindibles.  Realiza reuinones sólo cuando sean estrictamente necesarias. En muchos casos, las juntas pueden sustituirse por algunas herramientas diseñadas para trabajar en equipo, como Evernote o MindMeister. Y, por favor: ¡evita convocar juntas a última hora!
No mandes mails fuera del horario de trabajo
Aunque no pretendas que te respondan en ese momento, aguántate las ganas de mandarle a tus empleados correos a la 1 de la madrugada, pues podrías enviarles el mensaje equivocado. Pueden esperar al día siguiente.
Evita que se lleven trabajo a casa
De nada sirve pedirles que se vayan a casa si deben trabajar ahí. Si llega la hora de irse y aún queda mucho trabajo por hacer, proponles una solución.