Conocer
tus habilidades te ayudará a saber en qué puesto encajas. Si eres meticuloso
quizá serías un buen contable, sin embargo si prefieres la flexibilidad,
funcionarías mejor en actividades creativas.
¿Crees
que un profesional introvertido puede ser unas buenas relaciones públicas? ¿O
alguien que no es metódico y muy flexible a la hora de planificar su trabajo
sería un buen abogado? Quizá el primero se adapte más a posiciones de auditoría
o dirección financiera, y el segundo tendría más éxito en puestos como director
creativo o diseñador de moda.
Los creativos con gran capacidad para adaptarse al cambio encajan en puestos de márketing
Así
se concluye en el libro Do What You Are. Para ello, sus autores se
basaron en el test de personalidad de Myer-Briggs, una evaluación que realizan
las principales empresas de Estados Unidos y que sirve para asociar los diferentes
tipos de personalidades con su trabajo ideal. Por ejemplo, los realistas, a
quienes les gusta tomar decisiones rápidamente -campo en el que entran los
extrovertidos, sensatos, analistas y calculadores-, resultan idóneos como
agentes de seguros, especialistas en farmacia, abogados o jueces.
Conocer
tu potencial y tus competencias resulta fundamental no sólo para que elijas tu
carrera profesional, sino también para reorientar tu trayectoria laboral o
adquirir nuevas responsabilidades dentro de tu compañía. Debes realizar un
autoanálisis y estudiar lo que demanda el mercado en aquellas posiciones a las
que quieres optar. Este proceso se debe centrar en tres áreas: conocimientos,
competencias -qué habilidades se han adquirido en los diferentes trabajos- e intereses.
¿En qué departamento?
Conocimientos
técnicos, capacidad de aprendizaje y facilidad para adaptarse al cambio son
algunas de las habilidades que se exigen en cualquier puesto. Así que los
profesionales y las empresas deben valorar estas capacidades básicas junto con
las competencias naturales para dar con el puesto adecuado de cada uno:
En la parte comercial se requieren perfiles que sean buenos estrategas y comunicativos
Márketing. Aquí funcionan personas creativas y con grandes capacidades
emocionales para llegar al público. Se caracterizan por su flexibilidad para
adaptarse o anticiparse a los cambios y trabajar en equipo. Tienen grandes
dotes de liderazgo y una gran capacidad de aprendizaje para conocer nuevas
técnicas y así aplicarlas a sus proyectos. La extroversión, optimismo y
espíritu emprendedor son cualidades muy apreciadas.
Área
financiera. Ser muy analítico es fundamental,
ya que los profesionales que mejor encajan en estas posiciones deben contar con
una gran capacidad de planificación y organización. También deben ser personas
discretas, pues manejan información de la compañía muy relevante. Además, deben
gestionar y controlar las peticiones presupuestales de los responsables del
resto de departamentos, por lo que tienen que contar con grandes dotes de
negociación y de comunicación. Algo clave para tomar decisiones, saber
argumentarlas y exponerlas ante el resto.
Recursos
humanos. Es un área que resulta más adecuada
para personas sociables, elocuentes, diplomáticas y con interés por los demás.
Este profesional debe disponer de una visión muy clara del negocio, además de
tener, como el responsable financiero, una perspectiva global de la compañía.
Al mismo tiempo, la capacidad de liderazgo para gestionar todos los cambios
necesarios es crucial. Servirá para que la empresa y sus empleados crezcan de
forma equilibrada y satisfactoria.
Comercial. El perfil de estos profesionales depende mucho de la
empresa y del producto que vende. Es vital que cuenten con grandes dotes de
entusiasmo, de persuasión, de negociación y que toleren la frustración,
teniendo muy claros los objetivos que hay que conseguir. Suelen ser buenos
estrategas, algo que les permite conocer bien a su público y les dicta cómo
llegar a él. También deben saber trabajar en equipo, ya que su trabajo afecta
directamente al resto de departamentos.
Puestos
técnicos. Aquí los perfiles también dependen
del sector y de la empresa. Pero, en general, del mismo modo que se requieren
personas expertas en un tema, también es necesario que cuenten con un punto de
creatividad para proponer nuevos modelos de los productos o servicios de la
empresa.
Este
reportaje ha sido elaborado con las opiniones de José Manuel Casado, socio de
2.C Consulting; Genoveva Vera, ‘coach’ ejectuva experta en liderazgo; Nuria
Esparza, directora de atracción de talento de Adecco; Vicente Cruz, profesor de
grados y posgrados de Deusto; y Dolores Ruiz, profesora de RRHH de EAE.
La personalidad determina tu trabajo
¿Y
si hubiera un patrón que relaciona un tipo concreto de personalidad con su
trabajo ideal? Existe. Es el test de Myers-Briggs, que clasifica así a los
profesionales:
- Realistas, que toman decisiones rápidamente: agentes de seguros, profesionales del sector de farmacia, abogados, project managers o jueces.
- Valoran la responsabilidad y el compromiso: auditores, contables, financieros, desarrolladores de páginas web y funcionarios.
- Sociables, que quieren ayudar a sus compañeros: comerciales, enfermeros o personal de hospital, trabajadores sociales, profesionales en gabinetes de comunicación o banca.
- Modestos y resueltos a los que les gusta trabajar con gente: dentistas, profesores, bibliotecarios, dueños de franquicias y profesionales en puestos de servicios de atención al cliente.
- Pragmáticos, que adoran sentir emociones fuertes: detectives, banqueros, inversores, animadores o entrenadores deportivos.
- Gente que le gusta mirar siempre hacia adelante y que prefieren la acción: ingenieros de obra civil, economistas, pilotos, analistas de datos y físicos expertos en emergencias.
- Alegres y entretenidos que valoran el sentido común: psicólogos infantiles, profesores de educación de primaria, actores, diseñadores de interiores o científicos medioambientales.
- Sensibles a los que les gusta el contacto físico: diseñadores de moda, terapeutas y masajistas.
- Líderes, analíticos y que les gusta planificar: ejecutivos, abogados, analistas de mercados, consultores financieros y emprendedores.
- Creativos, perfeccionistas y solitarios: banqueros de inversión, brókeres, desarrolladores de programas, informáticos, economistas y ejecutivos.
- Sociables, con mucha energía, elocuentes y diplomáticos: ejecutivos de cuentas, relaciones públicas, expertos en formación en empresas y jefes de ventas o de recursos humanos.
- Atentos, creativos e íntegros que se mueven por principios firmes: terapeutas, trabajadores sociales, recursos humanos, consultores y responsables de clientes.
- Creativos a los que les gustan los desafíos: empresarios, agentes inmobiliarios, directores de publicidad y márketing y consultores políticos.
- Independientes, creativos y resolutivos: programadores informáticos, analistas financieros, arquitectos, profesores universitarios y economistas.
- Curiosos y seguros de sí mismos: periodistas, publicistas, consultores, dueños de restaurantes y planificadores y organizadores de eventos.
- Idealistas y sensibles, que se mueven por sus propios valores: diseñadores gráficos, terapeutas o psicólogos, editores, escritores y ‘recruiters’.
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