“La perturbación emocional no es generada por las situaciones, sino por las interpretaciones de esas situaciones” Plinio el Viejo (filófofo griego, esclavo romano, siglo I d.C.)
Durante años he tenido la suerte de acompañar el cambio
en las personas. Todas las claves que comparto en este artículo son
fruto de esta experiencia personal. Usted, lector o lectora, es siempre libre
de obviar el artículo completo. Sin embargo –y esta es la primera clave- si
hace esto, no podrá evitar algunas terribles consecuencias.
1º clave: Autocontrol del cambio
Sea usted quien sea, el cambio forma parte de su
propia condición. Esto quiere decir, lector o lectora, que su propia naturaleza
se enfrenta a diario con una gran cantidad de cambios que debe gestionar. Si
bien somos seres vivos, a menudo y fruto de la inercia, lo olvidamos. Sin
embargo y a pesar de que lo olvidamos con frecuencia, todo ser vivo necesita
adaptarse a su contexto hasta transformarlo o transformarse. Usted es cambio y
vive cambios. Usted puede decidir gestionarlos o no, de eso no tengo duda. Sea
como fuere, si decide no gestionar un cambio, tampoco le quepa la menor duda
que el cambio acabará gestionándolo o decidiendo por usted.
2ª clave: Los dos tipos de cambio en las
personas
Hay dos tipos de cambio que pueden explicarse muy
bien en una recurrente y sencilla metáfora que el maestro Watzlawick solía
recordar: Todos hemos tenido al menos una vez en nuestra vida una pesadilla en
la que algo o alguien nos persigue. Entonces comenzamos a andar rápido. Cuando
vemos que todavía nos persiguen, comenzamos a correr. Cuando vemos que esto no
logra zafarnos de lo que nos persigue, comenzamos a nadar. Luego, al estar en
un sueño donde todo es posible, tal vez nos sentimos despegar del suelo y
comenzamos a volar. Pues bien, todo esto –que no lograr resolver nuestro
problema por completo- es un cambio de tipo 1, no significativo. El cambio de
tipo 2, significativo, consiste en despertarse.
3ªclave: Nadie cambia si no quiere
Tendemos a entender que alguien o algo necesita
un cambio cuando tal vez no necesiten ese sino otro. Pero la historia se
repite, aprenda de ella. Cojamos tan solo un breve capítulo de Francia. Usted
puede ser Luis XVI y querer cambiar la voluntad de unos pocos millones de
personas para imponer la suya. Pero la historia advierte: usted será
guillotinado y el resto de personas acabarán tomando la Bastilla. Usted puede
luego ser Luis XVIII y querer de nuevo en dos ocasiones consecutivas
imponer el cambio de los otros. Pero la historia advierte: usted volverá
de nuevo a salir corriendo o morirá aislado en el intento. Usted puede luego
ser Carlos X y querer una vez más imponer el cambio de los otros. Pero la
historia advierte: Le volverán a derrocar y si hace falta confiarán incluso en
su primo para luego volver a derrocar a éste. Y así, una y otra vez, hasta que
usted comprenda que solo puede imponer cambios de tipo 1 en las personas pero
que ningún cambio de tipo 2 se impone.
Si usted quiere lograr un cambio en las
personas, no olvide preguntarlas qué tipo de cambio necesitan. El
maestro Kotter siempre habla de generar un sentido de urgencia en las personas
para que conecten con esa necesidad auténtica.
4ª clave: Comprender lo que las personas
callan
“Todos necesitamos a alguien que comprenda eso
que no decimos” Desde hace unos meses esta reflexión sin atribución confirmada
circula por las redes sociales como la pólvora. Hoy la recupero para explicar
que el verdadero cambio nace de indagar y hacer salir a la luz lo que las
personas callan. Todo proceso de cambio significativo (en una persona,
un equipo o una organización) está basado en un inicio en trabajar sobre las asunciones
básicas. El maestro Albert Ellis (1975) denominaba “creencias
irracionales” a este tipo de pensamientos. Son aquellos pensamientos que usted
ha desarrollado durante años sobre sí mismo, sobre los demás o sobre lo que le
rodea. Si usted quiere un cambio significativo debe luchar contra lo que los
grandes maestros Tversky y Kahneman (1974 y 1986), Nisbett y Wilson (1977) y
Brewin (1996) han denominado pensamientos automáticos o esquemas. Porque por
mucha educación racional que haya tenido una persona, estas suposiciones
silenciosas subyacen a toda forma de selección, experimentación y análisis de
cualquier situación real. Estas creencias determinan lo que somos y cómo
vivimos la realidad.
Si usted pretende abordar el cambio en las
personas sin conocer o explorar de forma rigurosa lo que las personas callan,
no tardará en visualizar una puerta en cuya dintel aparecen unas letras negras
que rezan “Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza” (Divina
Comedia, Infierno, Canto III, sentencia 9, maestro Dante Alighieri).
Este mensaje de bienvenida le hará notar que está entrando en el Infierno. Si
ve esta puerta, le recomiendo que no la cruce y que vuelva a leer esta cuarta
clave.
5ª clave: Entrenar las habilidades
relacionales de las personas
Para lograr cambios significativos (de tipo 2) es
necesario entrenar a las personas en habilidades relacionales. Es algo que me
ha costado aprender pero que sobre lo que ya no tengo duda. No sabemos
relacionarnos de forma saludable. Necesitamos herramientas, modelos y prácticas
de comunicación efectiva que nos permitan no hacernos daño ni hacer daño a los
demás. Creo que todo cambio debe estar también fundado en esto.
6ª clave: Dedicar tiempos y espacios para
conectar con el auténtico sentido
En contra de lo que la mayoría de personas creen,
la sabiduría no es un anciano desnudo y con barba que vive aislado en la
montaña. Si bien alcanzar la sabiduría es algo lento y trabajoso, cuando ya se
tiene, la sabiduría es algo práctico. Es en pocas palabras la conexión con lo
sencillo. Hace poco en este mismo blog mi compañero Javier Fernández Aguado
compartía algo que por sencillo e inmediato no deja de seguir siendo sabio y
revolucionario:
“Suscitar organizaciones con sentido reclama
reflexión. No resulta fácil, pues vivimos en una civilización con
desproporcionada percepción de urgencias, con ausencia de silencio. Y
únicamente en un entorno que consienta el recogimiento podrán adoptarse
opciones netamente valiosas.”
El gran cambio en la gestión de personas
en las organizaciones pasa por comprender que es necesaria la transformación
desde la organización consentida a la organización con sentido. Para
encontrar este sentido -lo vivo a diario- usted además de interiorizar las
cinco claves anteriores, necesita dedicar tiempo y espacio para conectar con su
auténtico sentido.
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