Aunque a veces se confunden, un plan
de sucesión y un plan de carrera no son la misma cosa:
- Un Plan de Carrera es un método aplicable al desarrollo de futuras aptitudes, que se fundamenta en la colocación del colaborador en puestos de trabajo cuidadosamente estudiados para proporcionarle al empleado la oportunidad de desarrollar las competencias necesarias para puestos de exigencias mayores. Su desarrollo es largo, rígido y lineal.
- Un Plan de Sucesión, al contrario de un plan de carrera, no prevé el crecimiento o desarrollo profesional de los colaboradores basados en años y años de antigüedad en un puesto o de acuerdo a los niveles académicos cursados. Los planes de sucesión parten principalmente del modelo de competencias desarrolladas en cada organización y que los distinguen y llegan a ser complementarios y competitivos con respecto a las otras organizaciones; es decir un plan de sucesión es único a cada organización e intransferible.
Dicho modelo se acopla a los mapas
correspondientes a las diferentes vacantes que puedan existir en alguna unidad,
aquellas competencias en cada individuo que más se aproxime se convierte de
manera inmediata en el futuro sucesor sin importar para ello si el candidato
posee tres meses o tres años en la empresa.
Los planes de sucesión se utilizan
en empresas cuya madurez organizacional les permiten dar el salto o atravesar
el puente entre los llamados recursos humanos y la administración del talento;
adiciónese a este último incluso “por competencias” (Carolina Salazar).
Puede señalarse que, sin lugar a
dudas, ambas herramientas deben ser entendidas como dos practicas distintas que
tienen una raíz común: el desarrollo y el crecimiento personal y profesional
del individuo en el seno de la organización, pero que se diferencian
principalmente en la flexibilidad o rigidez de su visualización;
mientras una resulta más ortodoxa y respeta las prácticas tradicionales de la
gerencia, la otra, heterodoxa, desafía el concepto lineal y se orienta a dar
valor a elementos que cada día demandan más importancia en el exigente mundo de
hoy, como lo son el conocimiento y el talento, sin importar cómo, dónde y
cuándo se obtuvo, siempre que pueda ser transformado, demostrado y mejorado en
un hecho concreto y ofrezca valor agregado traducido en productividad.
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