viernes, 4 de marzo de 2016

CLAVES PARA CONSEGUIR UNA CULTURA ORGANIZACIONAL DE ÉXITO



 
¿Cómo contribuye la cultura organizacional en el logro de nuestros objetivos empresariales? ¿Hasta qué punto influyen la satisfacción y el compromiso de los colaboradores en el éxito de la compañía?

Pongamos el ejemplo real de una compañía del sector financiero. En este caso en concreto, la entidad quería mejorar su rendimiento de capital del 10% al 18% y subir el precio de sus acciones de 9 dólares a 100 dólares. Tras depositar su confianza en Great Place To Work® e implementar
programas de transformación cultural que influyesen en la mejora del compromiso de sus trabajadores, la entidad no solo alcanzó, sino que superó sus metas, logrando un aumento del rendimiento del capital al 25% y un precio por acción de 142 dólares. En los grandes lugares para trabajar, las personas entregan lo mejor de sí mismas; solo con la máxima entrega y con una cultura sólida las empresas son capaces de exceder así las metas que fijen.

De hecho,
invertir en la cultura organizacional y fomentar el compromiso de los colaboradores se ha convertido en el principal desafío de las compañías a nivel global según un estudio realizado con más de 3.300 directores de Recursos Humanos de 106 países (Global Human Capital Trends 2015, Deloitte). Además, el estudio señala que el 87% de los encuestados consideran este aspecto como importante y dos de cada tres participantes aseguran que están actualizando sus estrategias para incorporar un programa de transformación cultural en su compañía.

Estas compañías han comprendido que una cultura organizacional de éxito es aquella donde los colaboradores confían en sus líderes, disfrutan del trabajo que realizan y se sienten orgullosos de formar parte de su compañía. Estas claves van a guiar la toma de decisiones buscando la sostenibilidad tanto
del negocio como de las personas.

Por tanto, los esfuerzos de los CEO y directores de Recursos Humanos deben enfocarse en
alinear su cultura con la de los grandes lugares para trabajar, lo que traería consigo los siguientes beneficios:
  • Mejores resultados financieros: Contar con personas comprometidas y alineadas con los objetivos de la compañía. En la lista de las 100 Mejores Empresas para Trabajar, ranking creado por la revista Fortune y Great Place To Work®, el rendimiento de capital de estas compañías es dos veces superior al de otras organizaciones que cotizan en el mismo índice bursátil.
  • Mayor innovación: Los equipos de trabajo están dispuestos a asumir riesgos y aprender de los errores.
  • Mejora de la experiencia cliente: Aumentar el esfuerzo y la atención a los pequeños detalles, ofrecen un mejor servicio al cliente.
  • Alta visibilidad de la marca: Como consecuencia del índice de satisfacción de directivos, plantilla y clientes.
  • Atracción y retención del talento en la empresa: El descenso de los índices de rotación llega a reducirse en un 65% en los grandes lugares para trabajar frente a las compañías que no lo son.
  • Mejor desempeño: Gracias a una comunicación transparente y asertiva.
Pero, ¿cómo puedes conseguirlo? No se trata de que instales futbolines y zonas de esparcimiento en la empresa. El concepto de cultura organizacional es mucho más profundo y requiere un enfoque integral que aborde todos los aspectos de la relación entre sus stakeholders.

Misión, visión y valores compartidos: el arte de hacer vivir y vivir la cultura

Los colaboradores son más productivos y eficaces cuando se sienten identificados con la cultura de la compañía y encuentran un sentido especial en su trabajo. Para ello, los directores deben ser embajadores de la cultura organizacional compartiendo con los colaboradores los valores de la compañía. Por ejemplo: hacer a los colaboradores partícipes de las decisiones que afectan a su trabajo diario incluirlos en los procesos de mejora… son acciones que ayudan a que los colaboradores compartan la visión que se tiene y qué expectativas se tiene de ellos.

Formar parte de un “mismo barco”

Los trabajadores no quieren ser un nombre en la nómina o una silla en la oficina. Desean formar parte de la empresa, sentirse embajadores de la marca y contribuir con su trabajo al éxito de la compañía. Todos, desde el CEO hasta el último colaborador, buscan un lugar donde su compromiso y esfuerzo sean reconocidos, en el que puedan desarrollar su potencial y con el que compartan principios.

Inspirar más allá de lo profesional: generar retos personales

Contagia la misión de la empresa a todos los niveles. Plantea a los directivos cómo pueden transformar los comportamientos de sus equipos convirtiéndose en ejemplos a seguir. Ninguno dejará pasar la oportunidad de afrontar un nuevo desafío personal. Hazlo desde la convicción firme y absoluta de que este cambio de planteamiento funcionará.

Generar relaciones de confianza a través del empowerment

A todos los miembros de una organización les gustan los retos, no únicamente a los directivos; los colaboradores motivados comparten también esta ambición. Por esto, fomentar el empowerment del equipo es clave para lograr una cultura organizacional de éxito. Tienes en tus manos la posibilidad de impulsar la iniciativa de la plantilla y de poner en marcha los mecanismos que den a las personas que trabajan en la empresa la posibilidad de desarrollar sus habilidades profesionales y personales, incrementando su compromiso y generando relaciones de confianza en la compañía.

Fomentar el desarrollo de tus colaboradores: conseguir que tu equipo practique esa cultura

Una de las características de un gran lugar para trabajar es que el colaborador pueda crecer profesionalmente. No hablamos del tradicional esquema vertical de ascensos, sino de una estrategia más compleja en la que se defina el potencial y fortalezas de las personas que trabajan en la compañía y se implementen programas de desarrollo de gestión del talento para hacer coincidir las capacidades e intereses de cada miembro de la plantilla con los objetivos de la compañía.

Comunicando: poner el foco en la escucha

Bidireccional, informativa y accesible. Así debe ser la comunicación si quieres transformar tu empresa en un excelente lugar para trabajar. Esto supone, no solo que seas capaz de transmitir las directrices a tus colaboradores de forma fluida y clara e indicar cuáles son tus expectativas a la hora de llevar a cabo dichos objetivos, sino que también escuches a los miembros del equipo y los hagas partícipes en la toma de decisiones.

Practicar la empatía: reforzando la cultura

La intensidad del trabajo en el día a día nos impide, muchas veces, que seamos conscientes de las frustraciones que provoca una cultura organizacional indefinida en todos los niveles de la organización. Ponte en el lugar de los otros y reflexiona acerca de su situación, necesidades e intereses. Al comunicarnos, muchas veces lo hacemos de una manera demasiado agresiva. Otras veces, por diferentes miedos, preferimos mantenernos en una posición más pasiva. Para evitarlo, debemos integrar nuestras necesidades y las del otro, buscando la forma de reducir la agresividad y pudiendo decir “No”.

Observar: Best People Practices

Conocer buenas prácticas en el ámbito de la cultura organizacional puede servirnos como fuente de inspiración. Visita otras compañías con experiencias reales de éxito y recaba ideas, estrategias e innovaciones para tu propia empresa. Y cuéntalo: explica con casos reales qué beneficios tiene la cultura de los Grandes Lugares para Trabajar tanto para la empresa como para el colaborador.

En este momento existe la necesidad de
reorientar la estrategia de las compañías hacia la búsqueda de los resultados y el impulso del compromiso de los empleados. Stephen Covey relacionaba la Confianza que existe dentro de una compañía con su agilidad.

Si queremos tener una compañía exitosa en los próximos años debemos
elevar los índices de confianza ; cuidar las relaciones con las personas y trabajar para que la visión de la empresa sea compartida, así los colaboradores a todos los niveles podrán hacer como propia dicha visión e ir más allá de lo que se espera de ellos. Hacer de la cultura organizacional una ventaja competitiva permitirá a las compañías afrontar el cambio en el que estamos inmersos.

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